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Página de

Armando Ríos Piter

 en La Carpeta Púrpura.


Ciudadano, padre, esposo, fanático de Star Wars, orgullosamente guerrerense. Candidato a diputado local por el Distrito 12, Partido Fuerza por México delegación CDMX, ex Senador de la República, diputado Constituyente #CDMX. JAGUAR

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¿Qué será la “prosperidad compartida”? (Parte 2)

Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

29.07.2024

Por una #SociedadHorizontal ¡Que actúe!


Un video que circula en reyes sociales, comenta con gran elocuencia sobre “el nuevo modelo chino”, al cual describe como el “post capitalismo” que “habrá de cambiar la vida de 1,400 millones de chinos y de la población del mundo entero. Aunque el comunicado, parece más un instrumento de propaganda a favor del gigante asiático, que un elemento objetivo de información sobre la propuesta económica del país que dirige Xi Jinping, vale la pena analizar algunos aspectos que toca. 


Las palabras “tecnología”, “automatización”, “ciencia” se repiten continuamente para hacer énfasis en las fórmulas que hoy prometen quienes aspiran a convertirse en la nueva potencia mundial. Entre otras ideas, subrayan que: “Serán los ingenieros y los científicos los que diseñarán y determinarán la forma de repartir ganancias en las empresas del sector privado, así como la eficiencia del sector público”…“Democratizarán las fuentes de producción, en lugar de distribuir el ingreso”…“La automatización y la inteligencia artificial será la que provoque una baja en los precios, no la mano de obra barata”…“Democracia es promover la participación constante en las decisiones públicas con transparencia y blockchain”. 


¿Podrán estos elementos convertirse en una mejor opción para proveer de bienes y servicios -no solo públicos, sino también privados- a la sociedad? ¿Cómo será la “participación constante” de trabajadores y empresarios? ¿La democratización  de las decisiones será para definir o solo para dar seguimiento a lo que ahora resolverán los científicos? ¿Se tratará de una actualización de la planificación centralizada, con modernidad tecnológica, pero sin una verdadera libertad para la toma de decisiones? 


Es probable que tecnologías como “blockchain” resuelvan algunas cosas en cuanto a la verificación y la participación masiva de la sociedad, pero persisten dudas en lo básico. ¿Dónde quedaría la libertad en lo político y social? ¿Qué pasará con aquellos que piensen diferente a lo que piensan quienes dirigen al partido de Estado? ¿Será una nueva aristocracia o dictadura basada en la tecnología y la ciencia? ¿Qué tanto se escuchará realmente la voz de la población, por encima de científicos y tecnólogos? 


Es claro que el modelo chino busca promover su propuesta con ese tipo de “influencers”. La competencia geopolítica continua. 


En el otro lado de la cancha, Daron Acemoglu publicó recientemente un texto en el que puntualiza que “la democracia está en crisis en todo el mundo industrializado porque su desempeño no ha cumplido con lo prometido. Los partidos de extrema derecha y los extremistas se están beneficiando del hecho de que el centro-izquierda y el centro-derecha ahora están asociados con el estancamiento salarial, el aumento de la desigualdad y otras tendencias desfavorables”. El también investigador de MIT subraya con toda contundencia que “si la democracia no favorece a los trabajadores, morirá”. El capitalismo liberal está obligado a resolver esta grave carencia. 


En el caso mexicano, organizaciones empresariales como la COPARMEX, impulsan una mayor “Responsabilidad Social Empresarial”, para “reducir el impacto negativo de la producción, distribución y mantenimiento de la organización en la comunidad en la que opera”. Desafortunadamente, el tipo de acciones que promueven es difuso, pues abarcan desde la buena cultura organizacional y el impacto ambiental, hasta programas sociales para personas vulnerables; se carece de un enfoque realmente estratégico que involucre la profundidad, el bienestar y la mejora personal de los trabajadores dentro de las propias empresas.  


La empresa privada tiene la oportunidad de convertirse en el instrumento de generación de riqueza, que permita, que la competitividad y la prosperidad que éstas generan, se compartan de manera equitativa entre trabajadores y empleadores. Adicionalmente, pueden enfocarse en que la “voz y la expresión” de ambos actores, tenga igual valía en el contexto productivo y social. 


Por esta razón, vale la pena revisar opciones innovadoras, que verdaderamente modifiquen el “status quo” imperante. Deben analizarse propuestas innovadoras como el “Minimum Income Standard” piloteado recientemente en Gran Bretaña. Para el caso de México, el Centro de Estudios Espinoza Iglesias (CEEY) ha planteado que debería plantearse garantizar que una familia cuente mínimamente con 26,000 pesos mensuales, lo que le permitiría alcanzar una vida digna con ropa, cocina, casa, estudios, pero sobre todo, bienestar integral. 


La competencia global avanza. Es imprescindible modernizar al capitalismo liberal, ¿será posible aprovechar el momento político y social que vive el país para hacer propuestas disruptivas? De cara a la renegociación del T-MEC, la #SociedadHorizontal debería evaluar esta posibilidad. 



¿Qué será la “prosperidad compartida”?

Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

21.07.2024

Por una #SociedadHorizontal


Martin Wolf, editor jefe de Economía del Financial Times, publicó recientemente su libro titulado “La crisis del capitalismo democrático”. Las reflexiones del autor se orientan a revisar “el precario equilibrio donde se asienta el binomio capitalismo-democracia”, en cuyo matrimonio “surgen tensiones inevitables entre los supuestos igualitarios de la democracia y las tendencias desigualitarias del capitalismo”.  


El citado análisis brinda datos sobre la forma en que a lo largo de los pasados 30 años, se incrementó la desigualdad en un amplio conjunto de economías desarrolladas, al mismo tiempo que el ingreso se concentró en los deciles más ricos. La crisis financiera que explotó en 2008, “erosionó la confianza de casi todo el mundo en la clase dirigente y, a través de la austeridad), golpeó duramente la seguridad real (o percibida) de los grupos vulnerables, directa e indirectamente”. El “distanciamiento en cascada de los vínculos políticos históricos”, lastimó la legitimidad del Estado Liberal Democrático, toda vez que, como señala el autor, “la confianza es indispensable para un gobierno con éxito y sobre todo para un gobierno por consenso”. 


La citada crisis se amplificó, al ocurrir de forma simultánea con la disrupción tecnológica global, que permitió el acceso de amplios sectores de la población a telefonía celular, internet y datos más accesibles, junto con redes sociales que masificaron la información, la intercomunicación e incluso nuevas formas de organización descentralizada que antes no existían. La participación de amplios segmentos de gente, antes ignorados, puso en apuros la vieja fórmula de “representación democrática”. 


Frente a estos cambios, crece la pregunta: ¿Será posible renovar al capitalismo y a la democracia conjuntamente? O en su caso, ¿ha llegado el momento para dejar de lado la vieja concepción del capitalismo que predominó en el Estado Liberal Democrático para dar pauta a un nuevo capitalismo de Estado? 


Para el investigador de MIT, Aron Acemoglu, “la verdadera dicotomía no se encuentra entre el capitalismo de Estado y los mercados sin restricciones, sino entre las instituciones económicas extractivas y las incluyentes. Las instituciones extractivas crean condiciones de competencia dispares, y también rentas y beneficios que se concentran de manera estrecha en aquellos con poder político y conexiones. Las instituciones inclusivas crean condiciones de competencia equitativas y otorgan incentivos y oportunidades a la gran mayoría de la población”. De esta forma, el dilema que hoy enfrenta la sociedad global es definirse en torno a regímenes autoritarios y sus respectivas instituciones políticas extractivas o regímenes democráticos y sus correspondientes instituciones políticas inclusivas. 


Cabe recordar que para el también autor de “¿Porqué fracasan las Naciones?”, las instituciones económicas inclusivas, crean igualdad de oportunidades, fomentan la inversión en nuevas tecnologías y conducen más al crecimiento económico al respetar los derechos de propiedad. “Así mismo, respaldan y reciben el apoyo de las instituciones políticas inclusivas que reparten el poder político ampliamente de manera pluralista y son capaces de lograr cierto grado de centralización política para establecer la ley y el orden”.  


Sirvan estas anotaciones para apuntalar una discusión de la mayor importancia. Wolf propone que la renovación del Capitalismo venga de aterrizar un “nuevo New Deal”, en el que se garantice: 1) Un nivel de vida creciente, ampliamente compartido y sostenible; 2) Buenos empleos para quienes puedan trabajar y estén dispuestos a hacerlo; 3) Igualdad de Oportunidades; 4) Seguridad para quienes la necesitan; 5) Fin de los privilegios especiales para unos pocos. Para complementar esta posición, con el relanzamiento de la Democracia habría que añadir: 1) Revitalizar la corresponsabilidad ciudadana; 2) Reivindicar la eficiencia y la eficacia gubernamental; 3) Dar seguimiento y verificar los actos públicos, para garantizar una verdadera rendición de cuentas. 


En un país como México, que se encuentra en el centro geográfico de la discusión aquí descrita, por su frontera territorial con Estados Unidos (capitalismo liberal) y su frontera marítima con China (capitalismo de Estado), el concepto de “prosperidad compartida” que ha enarbolado la presidente electa Claudia Sheinbaum, cobra especial relevancia. ¿Qué modelo tiene en mente la futura mandataria, tanto para nuestra economía, como para nuestra democracia? Más aún, frente a los retos que genera el crimen organizado para la libertad de mercado, ¿qué es lo que realmente impulsará?


La #SociedadHorizontal no debe ser pasiva y esperar, sino proponer y colaborar para alcanzar el planteamiento que más le convenga a la población en general, no solo el que interese a unos cuantos. 


El ataque a Trump

Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

15.07.2024

Por una #SociedadHorizontal ¡Que Actúe!


El expresidente Donald Trump fue objeto de un ataque directo a su persona. Mientras daba un discurso en Butler, Pensilvania, se le vio tirarse al suelo tras escucharse la detonación de disparos y gritos. El candidato del partido Republicano fue sacado del escenario con sangre en la oreja y el rostro.


El Servicio Secreto informó que mató al atacante, identificado como Thomas Crooks, quien se encontraba situado, con un rifle y tirado sobre el techo en la azotea de un edificio. Tras salir del hospital, Donald Trump dijo mediante un comunicado de “Truth Social”: “Supe de inmediato que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel”.  


En el preámbulo de la Convención Nacional Republicana, programada para celebrarse entre el 15 y el 18 de julio, la imagen del líder ensangrentado, pero levantando el puño en alto, con la bandera estadounidense como fondo, recorrió el mundo en segundos. La gráfica tomada por el fotógrafo Evan Vucci, quedará para la historia como muestra de lo que fue un intento de magnicidio.


Ante estos hechos, las especulaciones de todo tipo han estado presentes. Algunos consideran que el atentado catapultará a Trump en la carrera presidencial, al quedar ante los votantes como un “mártir”. Otros analistas han intentado sembrar la idea de que se trató de un “autoatentado”. Otros más han enfocado su crítica hacia el Servicio Secreto y los “errores” que impidieron evitar el ataque perpetrado.


Más allá de suposiciones -que esperemos se aclaren en los siguientes días- lo cierto es que indirectamente, este episodio ha incrementado la presión hacia el presidente Biden. El demócrata, después de varias apariciones públicas altamente críticas, enfrenta la presión para dimitir de su intención de mantenerse en la competencia, durante la Convención Nacional Demócrata a celebrarse entre el 19 y el 22 de agosto.


Este atentado y las reacciones subsecuentes, deben llamar nuestra atención hacia lo mucho que esta en juego, rumbo a la elección del próximo mes de noviembre. La competencia electoral estadounidense, no solo es el marco de una extenuante polarización interna en los más diversos temas, sino que podría marcar el destino del Nuevo Orden Mundial que muchos auguran.



Desde su período presidencial entre 2016 y 2022, Donald Trump tomó decisiones que contrastaron dramáticamente con la inercia histórica que caracterizó al “stablishment” estadounidense. La negación del Acuerdo de París, la salida de la Organización Mundial de la Salud, los acercamientos con Rusia, la política exterior para “normalizar” las relaciones entre Israel y algunos países árabes, fueron ejemplo de una lógica distinta de conducir el liderazgo norteamericano en el mundo. Aunque la gran mayoría de los “analistas tradicionales” y medios de comunicación criticaron estas decisiones, unas cuantas voces vieron en Trump una dirección que intentó darle un giro a la inercia que a lo largo de varias décadas, solo benefició a unos cuantos, en detrimento de las grandes mayorías sociales locales e internacionales. 


De manera especial, la adopción de una política de abierta confrontación con China, mediante la adopción de una “guerra comercial” abierta, la imposición de aranceles a productos del gigante asiático y la adopción de sanciones contra algunas de sus empresas bandera como Huawei. Una vez que Trump tomó estas decisiones, la posterior llegada de los demócratas a la Casa Blanca no pudo revertir la tensión de Washington con Beiging. El propio Secretario de Estado demócrata, Anthony Blinken, dijo que coincidía con Trump en que China “representa el reto más significativo para Estados Unidos”, toda vez que “el robo de propiedad intelectual, los subsidios ilegales a las empresas chinas” o las transferencias de tecnología forzosas a las que estuvieron obligadas las empresas estadounidenses para operar en aquél país, han sido calificadas como prácticas abusivas.


Además de condenar el hecho ocurrido el sábado pasado, este episodio nos lleva a recordar lo mucho que esta en juego, el impacto global, regional y especialmente -en temas como la relación con China- las consecuencias que esto podría tener para México. Será fundamental revisar con toda puntualidad, los rubros en los que la “superpotencia” enfrenta desafíos. Recordemos que en 2026, el T-MEC entrará a revisión y con ello, se abrirá una oportunidad para renovar el liderazgo del hemisferio entero.  Nuestro país y su #SociedadHorizontal deberán estar atentos, involucrarse y buscar incidir positivamente.


El Plan de Sheinbaum

Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

24.06.2024

Por una #SociedadHorizontal ¡Que Actúe!


A lo largo de la semana pasada, vimos un conjunto de mensajes que buscan “dar certidumbre” frente al gobierno entrante. Claudia Sheinbaum y su equipo se dieron a la tarea de socializar el documento “Prosperidad Compartida”, en el que subrayan los aspectos positivos derivados de la actual administración en el ámbito económico, además de apuntalar los ejes prioritarios de lo que será el llamado “Segundo Piso de la Cuarta Transformación”.


El documento resalta la inversión extranjera directa, misma que alcanzó en 2023, un 24% del PIB y que significaron unos 36 mil mdd. También subraya el crecimiento del PIB para el mismo año en 3.2%. Adicionalmente, se destacan los datos relacionados con la mejora en materia de consumo privado (una expansión mayor al 5% en 2022) y una disminución de 5.1 millones de personas que salieron de la pobreza entre 2018 y 2022. 


El citado análisis fue presentado durante un encuentro con el Consejo Coordinador Empresarial, donde se buscó enviar una señal de responsabilidad macroeconómica, a través de políticas públicas tales como: 1) Reducir el déficit fiscal (hoy en 5%) para el año 2025, con el objetivo de que éste se coloque entre el 3.3% y el 3.5% del PIB.  2) Mantener un equilibrio razonable entre deuda y PIB; 3) Continuar con finanzas públicas sanas, sin condonaciones a grandes contribuyentes, ni “gasolinazos”. 4) Propuestas puntuales en materia de seguridad, energía, agua, enseñanza, digitalización gubernamental, telecomunicaciones para la conectividad e infraestructura. 


Entre los aspectos que más llamaron la atención esta su “Plan Nacional de Energía”, en el cual, no solo establece una serie de proyectos de refuerzo a líneas de Transmisión y Distribución para las Redes Generales, sino que también propone “impulsar la transición energética” por lo que “las energías renovables y la eficiencia energética serán una característica” del gobierno entrante.  Habrá que estar atentos para verificar si este plan realmente cubre los amplios requerimientos que los inversionistas requieren para profundizar la relocalización de cadenas productivas.

 

Un aspecto importante del análisis del equipo que ocupará Palacio Nacional, es su enfoque en el agua. En el “Plan Nacional Hídrico”, se propone la tecnificación del riego agrícola, las obras estratégicas y nuevas fuentes, la revisión consensuada de concesiones, las políticas de reúso de agua, los cambios en la “Ley de Aguas Nacionales” y el programa de limpieza de ríos en las cuencas más contaminadas. La sequía que se ha vivido en amplias regiones del país a lo largo de los últimos dos años, es solo un aviso del problema estructural que se enfrenta tanto para consumo doméstico como industrial. Habrá que ver si realmente lo publicado, coincide con un potente presupuesto de inversión, acorde con los desafíos latentes.


Cabe subrayar que, el corazón de la propuesta es la “Estrategia Nacional de Relocalización”, en la cual convergen un total de 22 “polos de desarrollo”, mismos que agrupan visiones sectoriales estratégicas. De esta forma: a) los semiconductores, b) el sector energético, c) el sector turístico, d) la infraestructura, e) el sector automotriz y de electro-movilidad, f) la electrónica, g) el logístico, h) la agroindustria, i) las tecnologías de la información, j) los dispositivos médicos e industria farmacéutica, habrán de converger con regiones específicas del país. Entre las regiones del país se enmarca una acción bastante diversificada a nivel territorial, a diferencia del actual sexenio, mismo que prácticamente solo se concentró en el sureste del país. 


Para terminar, el plan nacional de infraestructura delinea importantes rubros en el mapa carretero, puertos, aeropuertos, así como un especial énfasis en trenes de carga y pasajeros. El objetivo es que la planeación de la inversión permita apuntalar las vocaciones productivas regionales, gracias a mantener, especialmente un entorno de certidumbre jurídica para la planeación, ejecución y retorno.  De esta forma, la inclusión de sectores sociales y regiones del país, logrará una creciente innovación, digitalización y sostenibilidad. 


La propuesta tiene rigor técnico y es atractiva. Ahora falta ver si la política permite que se haga realidad. La #SociedadHorizontal deberá poner atención a las actitudes que tenga el expresidente López Obrador una vez que deje el poder. Sería muy preocupante que un plan tan ambicioso, se vea truncado por la presencia de conflictos entre quienes llevarán las riendas del país y quienes necesariamente, tendrán la obligación de dejarlas. Habrá que cerrar filas con la nueva titular del Poder Ejecutivo.  

     ¿Evolución del Poder Judicial?

Por Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

16.06.2024

Por una #SociedadHorizontal ¡Que Actúe!

Claudia Sheinbaum comentó que su partido “ya mandó a hacer las encuestas para conocer la opinión del pueblo de México” en torno a la Reforma al Poder Judicial y anunció que los resultados serán publicados hoy mismo, lunes 17 de junio. 


Sheinbaum declaró que los coordinadores de Morena en el Congreso “darán a conocer cómo será el proceso de Parlamento Abiero” para analizar la mencionada reforma y añadió algunos puntos a la propuesta: 1) La administración del Poder Judicial de la Federación estará a cargo de un órgano de administración, dotado de independencia y autonomía técnica; 2) Se creará el Tribunal de Disciplina Judicial, el cual se encargará de investigar a los integrantes del Poder Judicial; 3) Se hará una reingeniería de los ejes del sistema de justicia, que incluyen a las fiscalías, justicia federal y local, así como defensorías públicas para adoptar los modelos nacionales con un enfoque social, democrático y de derechos humanos; 4) Se promoverá un modelo nacional de justicia cívica y alternativa con rango constitucional, para despresurizar al sistema penal y garantizar que el gremio jurídico contribuya a la legalidad, los derechos humanos y justicia social.


Del conjunto de propuestas, preocupa en esencia la forma en que la presidente electa entiende la relación de los juzgadores con la sociedad a partir de la reforma, pues ha dicho que “los juzgadores se sometan al escrutinio público, es decir, si el juez ha hecho bien su trabajo y va de candidato, la gente lo va a apoyar y lo mismo un magistrado, un ministro”. 


Para confrontar este argumento, sirva lo circulado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en el cual se menciona que al introducir a los juzgadores al terreno de la política “paulatinamente los irá deslizando a que se conduzcan políticamente, y a que valoren y resuelvan las controversias constitucionales, mediante criterios de interés político, en un contexto en el que la expectativa de reelección que se ha dispuesto para las magistraturas de ciurcuito y las judicaturas de distrito incorporarán un aliciente adicional para que su razonamiento se deje llevar por lo que en cada momento reclame el electorado”.


En este mismo sentido, el documento “Una Amenaza a la Independencia Judicial. Análisis de la iniciativa de reformas constitucionales en México”, señala que en lugares en los que esto se ha hecho, los resultados no son del todo positivos; “en Bolivia, la politización del proceso y la baja participación ciudadana cuestionan la legitimidad de las elecciones judiciales. Por otro lado, en Estados Unidos, las campañas judiciales están rodeadas de presiones partidistas y financieras”. 


No comparto la idea de votar a los integrantes del Poder Judicial. No obstante, dada la aplastante mayoría en el Poder Legislativo con la que cuentan aquellos que plantean esta ruta, resulta fundamental identificar con toda claridad, cuales serán los requisitos que deben cumplir aquellos que buscarán ser jueces magistrados y ministros en en este nuevo formato de selección. 


El mecanismo de selección para poder participar, así como los requerimientos que los participantes deben cumplir, serán vitales para el futuro de la impartición de justicia en México. ¿Tendremos un Poder Judicial en el que solo lleguen los personajes más atractivos electoralmente, pese a que no tengan conocimiento ni experiencia? O acaso, se permitirá que la sociedad mexicana elija a las personas con la mayor experiencia, talento y conocimiento en la materia. ¿Se elegirá a simples actores políticos o a los más selectos juristas del país? ¿La nueva dinámica, generará incentivos para apegarse a la Constitución o al momento emocional de los electores?


La #SociedadHorizontal no necesitaría votar por los integrantes del Poder Judicial. Si lo que se busca es acercar a los juzgadores con la gente, esta es mala ruta. Hoy  lo que está en crisis en el Estado Liberal Democrático, es precisamente el modelo de “representación”, que debido a la tecnología se encuentra cada vez más en duda frente a las personas. En lugar de este planteamiento, el nuevo gobierno debería apostarle a crear una verdadero “Cuarto Poder” en el que se aterricen mecanismos para la verificación, seguimiento y vinculación de los actos públicos que desempeñen los otro tres poderes. En un momento como éste, se requiere cordura y creatividad de parte de los gobernantes para que haya una verdadera evolución del Poder Judicial, no solo propuestas que además de huecas, resultan peligrosas.

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¿Ahora qué?

Armando Ríos Piter

EXCELSIOR

10.06.2024

Por una #SociedadHorizontal, ¡Qué actúe!


Terminó el proceso electoral. Después de largos meses, incluso años en que la sucesión presidencial fue el tema central de la discusión política, la decisión de los mexicanos a favor de Claudia Sheinbaum se expresó de manera amplia y contundente. El resultado en las urnas sorprendió, no por el triunfo de quien será la primera mujer Presidente de la República, sino por la abrumadora votación que su coalición recibió en ambas cámaras del Congreso de la Unión. 


De cara al fin de la actual administración, habrá que estar atentos a la forma en que logren acomodarse AMLO y su sucesora. Aun cuando esto aún es una verdadera incógnita, es evidente que de la forma en que convivirán el aún habitante de Palacio Nacional y la mandataria electa, dependerá la estabilidad del país en el corto plazo. Será indispensable que se coordinen y eviten enviar señales contradictorias como las que vimos a lo largo de la semana pasada. 


¿Dejará López Obrador que Claudia, verdaderamente tome las riendas del país? Por el bien de todos, esperemos que así sea. ¿Tendrá AMLO una actitud mesurada y sin protagonismo durante los próximos años? Sería muy saludable. No obstante, mientras aprendemos como funcionará la nueva dinámica, vale la pena preguntarnos ¿qué sigue para México?


Estoy convencido de que los siguientes años, serán el escenario en el que habrá de surgir un México nuevo. Tener un motor de crecimiento económico potente y permanente o acabar con las terribles cifras en materia de violencia e inseguridad, son tan solo algunas de las necesidades apremiantes que hoy debemos atender. 


Una vez que el terrible ruido que generan las campañas políticas ha terminado, sirvan aquí tres ideas sobre las que se podrá construir el México brillante que todos deseamos durante los siguientes años:


  1. Hoy que es evidente la creciente competencia y eventual confrontación de nuestro vecino del norte con China, se vuelve indispensable identificar las áreas de oportunidad en las que nuestro país pueda sustentar una evolución de nuestra actual relación con los Estados Unidos. ¿Podemos construir juntos con Estados Unidos y Canadá un hemisferio que traduzca su presencia económica en un relanzamiento mundial de los valores democráticos, los derechos humanos, el multiculturalismo, la economía de mercado y la sustentabilidad ambiental? 


México se encuentra en la posibilidad de tender puentes que le permitan hacer una verdadera alianza geopolítica con nuestro principal socio comercial. ¿Podemos aprovechar la revisión que se hará en 2026 del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para impulsar un compromiso superior entre los países que integramos este bloque económico? Estoy convencido que sí.


  1. Hoy que la discusión para resolver los problemas de la sociedad moderna, se basa en contrastar modelos que le dan cada vez mayor presencia, fuerza y preponderancia al Estado, frente a otros que buscan que sea la participación descentralizada individual y colectiva, resulta fundamental revisar a fondo la situación que guarda el modelo mexicano. 


En un país en el que la libertad de expresión se encuentra lastimada con decenas de periodistas asesinados; en el que muchos tramos carreteros son bloqueados por la actividad criminal, con lo que se limita la libertad de tránsito; en el que la libertad de mercado enfrenta graves complicaciones, con un 83% de negocios en el país que han sufrido el cobro de piso y la extorsión. Vale la pena tomar conciencia sobre la idea básica de libertad, como mecanismo para reorganizarnos, exigir y coadyuvar en la solución de tan graves problemas.  


  1. Hoy que el empresariado mexicano cobra cada vez más conciencia de su relevancia para la generación de riqueza, la generación del gasto público y el pago de impuestos, resulta indispensable identificar nuevos mecanismos que garanticen una convivencia humana y productiva, al interior de las unidades económicas. Es viable construir un espacio de representación para millones de liderazgos de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, que aglutinan, una fuerza orgánica de 60 millones de personas, que complementaría lo que se ha logrado con 25 millones que reciben programas sociales.


Resolver los grandes problemas que enfrenta México, requiere de un nuevo modelo de organización social, política y económica. Un modelo en el que las capacidades productivas participen, en representación equitativa de empleados y empleadores, en la toma de decisiones. El nuevo gobierno tiene la oportunidad de apostarle a una profunda alianza con quienes promuevan esta visión.